Vistas de página en total

lunes, 26 de agosto de 2013


Un niño grande

A los catorce años, Skylar, en el momento del nacimiento se le asigno que era una niña, a los dieciséis años, adoptó el nombre de un niño, comenzó a tomar testosterona y se hizo una mastectomía. No trate de ser el "hermano macho", dice ahora a los niños. Fotografía de Dukovic Pari.

Para las personas mayores de la escuela secundaria como Skylar-que viven en los suburbios prósperos tienen cariñosos padres, asistir a buenas escuelas, y obtener excelentes calificaciones, mientras estudia sus transcripciones con las actividades extracurriculares-la parte más difícil de la solicitud de la universidad es a menudo el ensayo personal. Se les pide normalmente para escribir sobre una experiencia que cambia la vida, y, si su infancia ha sido felizmente libre de drama, que se encuentren mirando a una pantalla en blanco durante mucho tiempo. Esto no fue un problema para Skylar.

Skylar es un niño, pero a él se le asignó el género de una niña, y vivió como tal hasta la edad de catorce años. Skylar podría decirlo de otra manera: él cree que, a pesar de sus carácteres biológicos, que el se sentía  un niño todo el tiempo. Él acababa de cargar con un cuerpo que requiere ajustes médicos y quirúrgicos para que pudiera reflejar el género se autopercibía de sí mismo. A los dieciséis años, comenzó a recibir las inyecciones de testosterona cada dos semanas, justo antes de cumplir los diecisiete años, tuvo una doble mastectomía. La pregunta de ensayo para la Universidad de Chicago, donde Skylar presentó una solicitud a principios de acción, invitó a los estudiantes a describir su "archienemigo (ya sea real o imaginaria)." La respuesta de Skylar: "las ideas pre-formadas de lo que significaba tener dos cromosomas X . "No importa lo que la gente pensaba que veían cuando miraban fijamente, Skylar escribió, él sabía que "que no era una chica ".

Skylar es un FTM, " persona transgénero, una categoría que ha ido creciendo en visibilidad en los últimos años. En el pasado, los hombres trans que deseaban vivir de acuerdo a su identidad, rara vez buscaban la cirugía, en parte porque podrían "pasar" con bastante facilidad en público, hoy en día, hay un deseo de transformación más profunda. Skylar tomó hormonas y fue sometido a "cirugía de la parte superior" a una edad mucho más joven de lo que hubiera sido posible hace una década. Sin embargo, en su nueva forma, no hace el trabajo de venir a través como convencionalmente masculina. Al igual que muchas personas "trans" de su generación, que se siente cómodo con cierta ambigüedad de género, y no se siente la necesidad de ser, como él dice, un "hermano macho." Aún no está seguro si va a hacer la reconstrucción genital cuando sea mayor.

Skylar vive en un afluente, ciudad boscosa cerca de New Haven, un enclave liberal que nadie desafió seriamente su decisión de cambiar de género. Algunos de sus compañeros incluso expresaron una cierta envidia. Como explicó en su ensayo de solicitud, los compañeros le decían: "Esta es la esencia fundamental de lo que eres, Skylar. Usted no puede conseguir posiblemente a través de una aplicación completa universidad sin sacar el tema. (Irónicamente, yo no tengo.) Esta será su boleto en la escuela de sus sueños. "Fue una actitud que irrita Skylar, porque, escribió," por fin he llegado a un punto en mi vida donde mi transición no está consumiendo mi vida ".

Muchos chicos trans tienen un tiempo muy difícil. Ellos son intimidados en la escuela, rechazados por sus familias y enviados a la marginal-incluso desesperadas vidas. Los adolescentes que se identifican como transgénero parecen estar en mayor riesgo de depresión y suicidio. Sin embargo, la historia más fluida de Skylar es cada vez más común. Los padres de clase media de hoy tienden a ayudar activamente a sus hijos a instalarse en un camino en la vida, y con frecuencia se suscriben a la idea de que la "intervención temprana" es la mejor para todo tipo de condiciones. Muchos terapeutas han comenzado a hablar de incluso los más pequeños como transgénero (una categoría que algunos médicos de las generaciones pasadas se han aplicado a ellos). Y la cirugía plástica, los tatuajes y piercings han hecho que la gente más a gusto con la modificación del cuerpo. En este contexto, la cirugía de género en la infancia tardía puede no parecer extremo. Debido a que este cambio está ocurriendo tan rápido, y en medio de una oleada de atención de los medios en su mayoría positivas, puede ser difícil de reconocer lo que es un experimento social radical que es.

Transgénero ha sustituido a la confusión entre la orientación homosexualidad como la nueva frontera de los derechos civiles y activistas trans se han convertido en vocal y organizada. Alice Dreger, bioético e historiador de la ciencia en la Universidad de Northwestern, dice: "El recurso a la intervención y la franqueza de la comunidad transgénero están causando mucha más gente a verse a sí mismos como transgénero, y en edades más jóvenes." Una encuesta reciente de treinta quinientos transexuales estadounidenses descubrieron que, cuanto más joven de los encuestados, más probable era que se tenía "el acceso a las personas transgénero y recursos a una edad temprana", y que se han identificado como trans a una edad temprana. En una encuesta de seguimiento, más de dos tercios de los encuestados de entre dieciocho y veintidós años dijeron que habían conocido otras personas transexuales antes de adoptar la identidad de sí mismos, en comparación con una cuarta parte de los cincuenta y tres años de edad.

Un niño de hoy en día que no ha cumplido con otros jóvenes transgénero pueden fácilmente encontrar en la cultura popular y los medios sociales. Estos personajes aparecen en "Glee" (por supuesto) y en "Degrassi." En Internet, Tumblrs y Listservs y miles de videos de YouTube crónica de las transiciones de género de los adolescentes. Tiro a Webcams borrosas en el sótano de la familia o en desordenadas y dormitorios poster cubiertas, que se asemejan a diversas diarios, manuales, videos musicales, y manifiestos. La primavera pasada, Warren Beatty y Annette Bening hijo de Stephen, nacido Kathlyn-atrajeron la atención después de hacer un vídeo de sí mismo para el sitio Somos felices Trans. Stephen, entonces veinte años y estudiante de segundo año en el Sarah Lawrence College, explicó que, a los catorce años, había "transición social", la adopción de su nuevo nombre y asistir a la escuela cuando era niño. Su monólogo era elegante, caprichoso y cargado de jerga. "Me identifico como un transexual, un escritor, un artista, y un tipo que necesita un corte de pelo", dijo. Reveló que él estaba tomando testosterona, mientras que "la presentación de una manera fatal", agregando, "Es bueno para que finalmente sea capaz de tener mi identidad visible para las personas."

domingo, 4 de agosto de 2013


Una madre pide que le hagan un nuevo DNI a su hija trans de seis años

Nació con genitalidad masculina, pero enseguida se identificó como nena y pidió que la llamen con un nombre femenino. En el jardín aceptan su condición, pero en su documento sigue siendo un chico. La mamá le envió una carta a la presidente Cristina Kirchner 
 
"A los 18 meses, cuando empezó a hablar, me decía: 'Yo nena, yo princesa'. Quería tener el cabello largo y para simular se ponía trapos en la cabeza. pedía que le compraran muñecas. Me pedía mis polleras, mi ropa, y se las quería poner", recuerda la mamá de Lulú, una nena transexual de seis años que nació con genitalidad masculina, pero que nunca se reconoció como tal. 
A los cuatro años eligió un nombre femenino y pidió que la llamaran así. De lo contrario, avisó, no pensaba contestar. 
Lulú -nombre ficticio para salvaguardar la identidad de la nena- vive en un hogar humilde del conurbano bonaerense, junto a su madre y su hermano mellizo. Hace un tiempo su padre los abandonó. Al darse cuenta que las actitudes de su hija no eran juego, buscaron asistencia de todo tipo. Pediátras, neurólogos, psicólogos seguramente encontrarían la respuesta. La solución al "problema". 
Uno de esto últimos, les dijo que a la nena le faltaba presencia paterna. Que le sacaran la ropa de mujer y le explicaran que era un varón. "Fue un desastre -cuenta la mamá-. Mi hija vivía destrozada."
Ante la situación, la nena se atormentaba. Le sacaban la ropa de mujer y se ponía un cesto con puntillas. Se metía debajo de la cama, lloraba y lloraba durante horas. 
El papá no lo podía tolerar: "Yo no voy a tener un hijo puto", decía. Y cada vez que sus amigos visitaban la casa escondía a su propio hija. 
La desesperación de la madre dió un vuelco el día que vió un documental de la National Geographic sobre una nena transgénero de los Estados Unidos. 
"Fue como si me pasara una topadora por encima. Era la historia de mi hija. Ahí entendí que era una nena trans. Que su identidad era la de una nena. Lloré veinte días. Y reaccioné: Si quiere ser princesa, yo la voy a ayudar", explica para Página/12.
Pero había que sortear un gran número de dificultades. En el jardín de infantes, por ejemplo, donde Lulú se agrupaba junto a las nenas. Les acariciaba el pelo, quería tenerlo largo, como ellas. Tampoco quería ir al baño y hasta se hacía pis encima, porque no quería que le vieran el pito.
Finalmente, la familia encontró ayuda  a través del Programa de Atención Integral para Personas Trans del Hospital Durand, donde fue asistida por la psicóloga Valeria Pavany un equipo terapéutico. 
Allí les explicaron que Lulú no tenía una "formación delirante" ni una "personalidad psicótica". Recibieron la confirmación de que tenían una hija trans. Y les encomendaron"dejarla ser".
Ahora lograron anotar a la nena en un jardín de infantes que la acepta, fue inscripta con su nombre de varón por cuestiones legales, pero en las planillas figura son el nombre que eligió. 
Ahora la madre inició el trámite para un nuevo DNI que contemple la condición de mujer de Lulú, tal como establece la Ley de Identidad de Género. Para el caso de los menores de 18 años, la solicitud del trámite deberá ser efectuada a través de sus representantes legales y con expresa conformidad del menor, algo que no será difícil conseguir. 
Sin embargo, ella y el representante legal de la nena fueron citados por un asesor de incapaces que les denegó el pedido, aduciendo que la niña es muy pequeña. Ahora deberán iniciar una demanda judicial para que un juez decida. Mientras tanto, ella le excribió una carta a la presidente Cristina Kirchner para que la ayude con el trámite.
"Es muy duro llevarla a una guardia porque tiene 39 grados de fiebre y que la vean con dos colitas y pollera, y en lugar de fijarse qué le pasa, la miren raro porque en el documento tiene nombre de varón", lamentó la mamá.
 
NOTA: Se han modificado terminologías que en la nota original no respetan la identidad sexual de la nena que siempre fue de niña.

El militar que se transformó en mujer tras 20 años de servicio

 Viernes, 2 de agosto de
 
Beck decidió revelar que era transexual al retirarse de las fuerzas armadas de EE.UU.

Chris Beck pasó 20 años trabajando de forma encubierta en líneas enemigas como miembro de los Navy Seal, la unidad de élite de la marina de Estados Unidos que realiza operaciones especiales o comando.
Pero el oficial condecorado siempre ocultó un secreto mucho más personal; desde su niñez, sintió que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre.

Como integrante de los Navy Seal, el mundo de Chris era rudo, machista y algunas veces violento. Participó en misiones encubiertas en el Océano Pacífico y en Medio Oriente y luchó junto a miembros del SAS (Special Air Service) de Reino Unido, que forma parte de las fuerzas especiales británicas. Esto último ocurrió en el río Shatt al-Arab -que desemboca en el Golfo Pérsico- durante la invasión a Irak en 2003.
Pero en febrero de este año, cuando había transcurrido más de un año desde su retiro de las fuezas armadas, cambió la foto que tenía en su perfil de LinkedIn y la reemplazó por la de una mujer sonriente, alta y de cabello oscuro, con la bandera de EE.UU. como fondo.
"Me estoy quitando todos mis disfraces y anunciándole al mundo mi verdadera identidad como mujer", escribió. Chris se había convertido en Kristin.
Mientras esperaba para saber cual sería la reacción de sus colegas ante la noticia, Kristin sabía que no había manera de retractarse de su decisión de hacer pública su historia personal.

Integridad, lealtad y confianza

El exoficial pasó 20 años trabajando de forma encubierta en líneas enemigas.
Los Navy Seal son enviados a las misiones militares más peligrosas y difíciles del mundo. Una de las unidades a las que perteneció Beck, el Grupo Especial de Desarrollo de Guerra Naval -también conocido como Equipo Seal 6- estuvo a cargo de la operación que dio muerte a Osama Bin Laden en Pakistán, en mayo de 2011.
Según las reglas de los Navy Seal, sus integrantes tienen que ceñirse a valores inquebrantables como integridad, lealtad y confianza. Por eso, Kristin temía que sus compañeros la acusaran de deshonrar sus principios al revelar públicamente que era transexual.
Aunque para algunos fue difícil aceptar su decisión, la respuesta que recibió fue abrumadoramente positiva.
"Muchos me dijeron: 'Kris, no entiendo la situación que estás atravesando, pero sé lo que has pasado. Estuviste en el terreno por 20 años e hiciste un trabajo excelente. Te apoyo 100%, espero saber más de ti y verte en nuestro próximo encuentro'", le contó el exmilitar a la BBC.
Consciente de que la noticia se propagaría, Kristin decidió contar su historia antes de que alguien más lo hiciera.
Así fue como decidió escribir el libro "Princesa guerrera: el camino de un Navy Seal para reconocer su transexualidad" junto con Anne Speckhard, profesora de psiquiatría de la Universidad de Georgetown, en Washington. Allí habla de su niñez en un hogar conservador y religioso, de sus intentos para suprimir su verdadera identidad –al comprar a escondidas ropa de mujer y luego botarla- y de sus dos matrimonios fallidos.
"Estaba tratando de vivir tres vidas", dice Kristin. "Tenía una vida secreta con mi identidad femenina, otra con el equipo de los Navy Seal y una más en mi hogar, con mi esposa, hijos, padres y amigos".
"La gente veía fragmentos de mi verdadera personalidad, pero la mayoría no me conocía realmente".

Dolor, cerveza y motos

Integridad, lealtad y confianza son considerados valores fundamentales para las tropas de élite.

La rapidez y agresividad con la que empezaron a actuar las fuerzas especiales de EE.UU. después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, unido a una gran intensidad emocional en lo personal -un aspecto de su vida que, según ella, estaba anulado- le pasó factura en el plano mental. Kristin desarrolló estrés postraumático.
Cuenta que durante muchos años trató de enfrentar el impacto psicológico que tenían tantas muertes y tanto dolor con cerveza, motos y más cerveza.
Sin embargo, reconocer su transexualidad ha tenido un gran efecto en los síntomas que experimentaba debido al estrés postraumático. "Ahora duermo mejor y ya no estoy tan molesta, y eso es sencillamente porque me siento más feliz".
"Muchas personas me han dicho: 'Kris, es la primera vez que te veo sonreír'", comenta la exintegrante de los Navy Seal.
La derogación de la política de las fuerzas armadas estadounidenses conocida como "no preguntes, no cuentes" (Don't ask, don't tell) en 2011 puso punto final a la prohibición de que personas abiertamente homosexuales y lesbianas formen parte de las fuerzas armadas. Sin embargo, esto no se aplicó a transexuales, a quienes se les podría dar de baja si son descubiertos.
Kristin cree que esta política puede -y debería- cambiar. Propone que el personal que siente que pertenece a otro sexo sea designado en función del género dentro de las fuerzas armadas a cambio de cumplir su tiempo de servicio una vez que el proceso de transición haya terminado.
"Es una condición humana. Los militares necesitan dejar de lado el tema del género y mirar a sus integrantes como personas, no como hombres o mujeres, y entender que ese individuo puede hacer un gran trabajo. Puede que yo no sea capaz de participar en misiones como en las que estuve anteriormente, pero puedo hacer otro tipo de trabajos. Podría ser analista de inteligencia o encargarme de la seguridad en un puesto de control".

Ni Conan ni una Barbie


Los Navy Seal son enviados a las misiones militares más peligrosas.

La exmilitar afirma que nadie es perfecto. "No soy Conan el Bárbaro y tampoco soy una Barbie. Todos somos distintos".
Kristin dice que habría preferido que su proceso de transición sexual transcurriera en privado y no en público, pero esto último fue inevitable después de la publicación de su libro.
Añade, sin embargo, que está cumpliendo con su nueva función como portavoz no oficial de la comunidad transexual con el mismo espíritu guerrero que la caracterizó durante su carrera militar, con liderazgo y compromiso absoluto.
"Creo que he salvado varias vidas. He recibido correos electrónicos desgarradores de gente que vive con dolor en medio del prejuicio, y eso hace que lo que estoy haciendo valga la pena".
"También he recibido mensajes de hombres heterosexuales que me agradecen por el servicio que le he prestado a nuestro país. Me dicen que no entendían de qué se trataba la transexualidad, pero que ahora sí", dice Kristin.
"El miedo a lo desconocido es el principal problema, y creo que leer mi libro ha ayudado a desterrar ese miedo. No voy a hacerle daño a nadie, no es contagioso. Sencillamente, soy yo".