Mamá, ¿por qué nací chico?
Niños que quieren ser niñas y se comportan como tales. Niñas atrapadas en cuerpos masculinos.¿Sabias que la transexualidad se puede manifestar desde la infancia?.. Los niños transgénero experimentan una desconexión entre su sexo, el de su anatomía, y su género, el cual incluye conductas, roles y actividades. Los índices de transgénero fluctúan entre uno de cada 30.000 personas y uno de cada 10.000, según los diferentes estudios internacionales.
‘Tomboy’ es un término que describe a aquellas niñas que, a temprana edad, adquieren comportamientos masculinos. Precisamente éste es el título de una película francesa de la directora Céline Sciamma que aborda el drama transgénero desde la perspectiva de la infancia, jamás vista antes el cine.
‘Tomboy’ también refleja cómo afronta la familia el problema de identidad sexual de Laure; desde la madre que intenta, con cierta crueldad, hacer lo que considera lo mejor para su hija, hasta el padre que, sin entender a lo que se está enfrentando, intenta ayudar a la pequeña desde la comprensión y el respeto. Los amigos y hasta su propia hermana, desconcertados ante una situación compleja y difícil de asumir.
Todos recordamos la historia de la norteamericana Dannan Tyler. Los padres de Dannan, Sarah y Bill Tyler, explicaron que no sabían qué estaba mal en su hijo ya que, con apenas dos años, insistía en decir que era una niña. El pediatra desestimó cualquier problema y consideró que se trataba de una fase. Sin embargo, los padres percibían la angustia de su hijo y querían ayudarlo.Cuando tenía cuatro años, Dannan preguntó a su madre: "¿Por qué Dios se equivocó cuando me hizo a mí?". También decía que quería cortarse el pene.
Ya a los seis años, el pequeño sufría tanto que amenazó con ahorcarse. Los médicos le diagnosticaron trastorno bipolar, esquizofrenia y dislexia, pero los padres no se conformaron. Pidieron consejo a sus amigos homosexuales y estos le dijeron que quizá su hijo era solo gay. Los padres al fin vieron la luz cuando un terapeuta les habló de los problemas de identidad sexual. La propia Dannan intervino en el programa de televisión para afirmar que ahora es "la que quiere ser".
¿Somos nuestras vivencias, somos nuestros cerebros, somos nuestros afectos? . ¿Qué ingrediente pesa más en la formación de la identidad? . “Nuestros chicos no son ni rosas ni azules, más bien pertenecen a diferentes tonos de púrpura”. Éste es el significativo slogan de la asociación TransKids Purple Rainbow, una entidad que apoya a niños transexuales y a sus familiares.
Son algunos los casos que encontramos sobre pequeños que quieren reafirmar su identidad, como el caso de Coy Mathis. Nació con sexo masculino pero se identificó a sí mismo como una mujer desde que tenía cuatro años. Mathis llevaba varios meses estudiando en su casa desde que el pasado diciembre las autoridades de su colegio informaron a sus padres de que no podría seguir usando los lavabos de niñas y que tendría que utilizar el de niños o los de la enfermería del centro. Sus padres, con la ayuda de la Fundación en Defensa de la Educación Legal para los Transexuales, interpusieron una denuncia alegando que el centro había violado los derechos de Coy y el estatuto antidiscriminación de 2008 de Colorado que se aplica a los transexuales. La justicia se puso de su lado. Según los expertos, la resolución podría tener importantes repercusiones en cuanto a la protección de los derechos de los niños transexuales.
Cuando a un niño se le diagnostica disforia de género a los cinco años y a los doce sigue igual, los padres tienen pocas opciones y deben decidir si se para la pubertad del preadolescente para evitar cirugías y complicaciones posteriores.
Hay médicos en contra de permitir la transición en niños por aquello de que pueden cambiar de opinión, pero otros lo ven como la forma perfecta de evitar tratamientos más complejos e intrusivos, además de evitarles un trauma a los niños. Evidentemente se trata de un complicado dilema al que los padres deben enfrentarse siendo conscientes de que, en cualquier caso, las consecuencias son importantes.
Si éste es un tema polémico también lo es el comportamiento de los famosos porque son un espejo en el que nos miramos todos. Es el caso de Willow Smith, la hija de los también actores Will Smith y Jada Pinkett que, a sus 12 años, no sólo se especula sobre su bisexualidad, motivado por su manera andrógina de vestir y sus looks imposibles que rozan lo esperpéntico, sino que acaba de sacar al mercado un nuevo videoclip titulado “Summer Fling” (que ha conseguido más de un millón de visitas en You Tube en apenas unos días). Las letras de sus canciones dicen "solo hace unos meses que nos conocemos pero ya lo hacemos" o "me dices que yo soy la número uno y yo te digo que sólo nos estamos divirtiendo". Otra de las críticas contra del video es que ella parece la más joven de todos y que el chico, que interpreta el papel de novio, es evidentemente más mayor que ella, probablemente más de 18 años.
Hay que recordar que Willow lo ve todo desde una perspectiva de 12 años mucho más inocente. Y por ello, habría que llamar la atención de los productores por insistir para que crezca antes de tiempo con letras de canciones inapropiadas para su edad. Sus padres, que siempre se han mostrado muy involucrados en que sus hijos vivan una infancia dentro de lo posible normal y les han protegido de todo aquello que no han creído apropiado para su edad, en esta ocasión no parecen haber estado demasiado atentos. Tampoco lo están si dejan que corran rumores sobre la sexualidad de su hija, más que nada porque le están haciendo un flaco favor a aquellos padres cuyos hijos luchan por reafirmar su identidad y que la sociedad los acepte como tal.